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viernes, 13 de octubre de 2017

El Síntoma Catalunya




La clínica actual, ya desde hace tiempo, trató de reducir la complejidad del síntoma –con su doble vertiente de denuncia y satisfacción- al trastorno, aparentemente simple, identificable y apto para ser eliminado con un buen protocolo.

Pero mientras haya sujeto, habrá síntomas –lo que no funciona- y por tanto nos conviene más orientarnos, como política en la dirección de la cura y en otros ámbitos, como el social, por el síntoma. Él es nuestra principal brújula para acceder a ese real que nos constituye a todos como seres hablantes. El síntoma, a diferencia del trastorno, llama a la interpretación, nos convoca como un enigma a descifrar, algo cuya significación no conocemos de antemano.

Los psicoanalistas no constituimos un partido político en tanto tales, otra cosa es lo que cada uno, como ciudadano, decida hacer. Pero eso no nos exime de tener una política. Una política centrada en la lectura de los síntomas contemporáneos, siguiendo la orientación que nos daba Lacan en 1953: “Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época. Pues ¿cómo podría hacer de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un movimiento simbólico?”.

“Leer” lo que está sucediendo en Catalunya como un síntoma, y no como un trastorno, es tratar de entender la lógica de este fenómeno en toda su complejidad política, social, histórica, cultural, identitària…y no reducirlo a un simple “trastorno” de la legalidad o a una cifra en la contabilidad financiera.

Separación, fractura, ruptura, desconexión, independencia mismo, son términos que se refieren a una topología, a una articulación de espacios y tiempos cuyo encaje habla de una falta de proporción. Si pensamos esa falta en términos de impotencia (lo que no podemos conseguir), las respuestas confirmaran esa impotencia o trataran de velarla con la omnipotencia.

Si por el contario, tratamos de guiarnos por lo imposible, aquello que no está escrito, que no cesa de no escribirse, tendremos más oportunidades de buscar “soluciones inventivas” 


Colaboraciones en los medios:

 Alejarse es darse una pausa. El Periódico. 8/10/2017 
Trauma y convivencia. Gestió emocional Rac 1. 7/10/2017